En el recuerdo de Lillam Ríos Durán, dejemos que el amor y la gratitud guíen nuestros caminos, recordando su coraje y resiliencia como fuente de inspiración. Que su legado nos impulse a abrazar la vida con valentía, a cultivar la esperanza en tiempos de adversidad y a encontrar la paz en los momentos de turbulencia. Recordemos que, aunque el dolor nos visite, el amor nunca se desvanece; es un faro que ilumina nuestro sendero con su cálido resplandor. Que cada día sea una oportunidad para honrar su memoria, llevando en nuestros corazones su luz y su amor inagotables.
Publicado en el archivo
14 de agosto de 2019