En el jardín de la vida, cada pétalo de amor que sembraste con coraje y gratitud florecerá eternamente, iluminando el camino con la resplandeciente luz de tu espíritu. Que la paz que habitaba en tu corazón sea un bálsamo sanador para nuestras almas, recordándonos que en cada amanecer se esconde la promesa de nuevos horizontes y renovadas esperanzas. Tu legado de bondad y sabiduría perdurará en cada sonrisa y en cada acto de generosidad, inspirándonos a abrazar la vida con valentía y amor inquebrantable. Que tu memoria sea un faro de luz en la oscuridad, guiándonos hacia la senda de la paz interior.
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3 de marzo de 2020