En el susurro del viento y en el brillo de las estrellas, vive la eterna esencia de Lilian del Carmen Díaz Olave, recordándonos que la luz de su amor perdura en cada latido y en cada suspiro. Que su legado de serenidad y humildad sea semilla de esperanza que florezca en nuestros corazones, iluminando nuestros caminos con amor inquebrantable. Que en la quietud de la noche sepamos que su alma danza en la eternidad, guiándonos con su luz hacia un mañana lleno de promesas y renovado vigor. Que su memoria nos inspire a abrazar la vida con gratitud y a seguir adelante con fe y esperanza.
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20 de mayo de 2019