En el recuerdo de Lidia Elena Ortiz Díaz, que el amor que sembró siga floreciendo en corazones anhelantes de paz y gratitud. Que su valentía y resiliencia inspiren cada día a seguir adelante con esperanza, enfrentando los desafíos con firmeza y fe en un mañana mejor. Que su legado nos recuerde la importancia de abrazar la vida con la nobleza del alma, encontrando fuerzas en los momentos de debilidad. Que su luz siga brillando en cada amanecer, guiándonos con su sabiduría y bondad en este camino de altibajos, siempre lleno de oportunidades para crecer y sanar.
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24 de febrero de 2024