Construyamos nuestro camino con el amor y la gratitud que Leopoldo nos enseñó, recordando su coraje y resiliencia en cada paso. Que la paz y la esperanza guíen nuestros corazones, iluminando nuestro sendero con la luz del recuerdo. Recordemos su legado con humildad, encontrando fuerza en su memoria para enfrentar el mañana con valentía. Que la esencia de Leopoldo nos inspire a abrazar cada día con amor y compasión, cultivando la semilla del optimismo en nuestros corazones. Sigamos adelante con fe, sabiendo que su espíritu vive en cada acto de bondad que realizamos.
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24 de abril de 2020