En memoria de Laura Correa Mac-Vicar, recordemos que en cada amanecer hay un nuevo abrazo del universo, cargado de amor y gratitud por la vida que nos rodea. Que su legado de coraje y resiliencia nos inspire a seguir adelante con valentía, sabiendo que la paz interior es un regalo invaluable que podemos cultivar a diario. Que en los momentos de oscuridad encontremos luz en los pequeños gestos de bondad y en las sonrisas compartidas, recordando que el amor perdura más allá de las despedidas. Que la esperanza sea nuestro faro en este viaje de altibajos, guiándonos con su luz hacia un mañana lleno de promesas.
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2 de agosto de 2019