En memoria de Justo David Ortega Stuart, recordemos que el amor y la gratitud pueden sanar incluso las heridas más profundas. Que su coraje y resiliencia nos inspiren a seguir adelante con valentía y esperanza, recordando siempre que en medio de la oscuridad, la luz de la paz interior brilla intensamente. Que cada paso que demos esté lleno de amor incondicional y gratitud por la vida, sabiendo que cada desafío nos fortalece y nos acerca a la verdadera esencia de nuestra existencia. Que en cada momento encontremos la serenidad y la fuerza para seguir avanzando con fe en el futuro.
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3 de febrero de 2020