En el legado de Julio Mandiola Solar vive la llama eterna del amor incondicional, la valentía para enfrentar los desafíos con fortaleza, la resiliencia que nos impulsa a levantarnos una y otra vez, la gratitud por las bendiciones que iluminan nuestro camino y la paz que acaricia nuestros corazones en los momentos más oscuros. Que su recuerdo sea un faro de esperanza que nos inspire a abrazar la vida con renovado ánimo, recordando que incluso en la oscuridad más profunda, siempre podemos encontrar la luz que nos guía hacia un mañana lleno de promesas.
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4 de febrero de 2024