En el jardín de la vida, las raíces de Julio Bosch Bousquet siguen floreciendo en cada corazón que cultiva la humildad, la bondad y la serenidad. Que su legado nos recuerde que en cada semilla de amor y esperanza plantada, el alma crece y perdura eternamente, iluminando el camino con su luz divina. Sigamos regando con gratitud y compasión, alimentando el jardín de la existencia con la esencia pura del amor incondicional. En cada brote, en cada pétalo, encontremos la fuerza y la calma para seguir adelante, abrazando cada día con la certeza de que estamos sembrando el bien.
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25 de mayo de 2019