En memoria de Juana Arriagada Arévalo, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que florecen eternamente en nuestros corazones. Que su coraje y resiliencia nos inspiren a abrazar la vida con valentía, transformando cada desafío en oportunidad. Que la paz interior sea nuestro faro en medio de la tormenta, recordándonos que en la calma encontramos la fuerza para seguir adelante. A través de la memoria de Juana, aprendamos a cultivar la esperanza con cada respiración, recordando que el amor perdura más allá de la distancia física. Que su legado nos guíe hacia un mañana lleno de luz y bondad.
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26 de enero de 2024