En el legado de Juan Pablo Errázuriz Hochschild perdura un faro de amor inextinguible, un torrente de coraje ante la adversidad y una resiliencia que inspira gratitud. En su memoria, recordemos que la paz habita en cada latido, guiándonos a abrazar la vida con renovada esperanza. Que su luz siga iluminando nuestros caminos, recordándonos que cada día es una oportunidad para amar, para persistir con valentía y para cultivar la gratitud en nuestras almas. En ese legado, encontramos el cauce que guía nuestra existencia hacia la plenitud y el consuelo eterno.
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21 de mayo de 2024