Que la luz del amor que emanaba de Juan Pablo Antonio Poisson Adriasola siga iluminando nuestros corazones, recordándonos la importancia de vivir con valentía y gratitud. En su memoria, abracemos la resiliencia, cultivemos la paz interior y sigamos adelante con esperanza. Cada paso que damos está impregnado de su nobleza y su espíritu generoso. Que su legado nos inspire a ser mejores personas, a apreciar cada momento y a encontrar belleza en la simplicidad de la vida. Recordemos siempre que el amor verdadero nunca muere, sino que perdura en cada acto de bondad que compartimos.
Publicado en el archivo
14 de julio de 2019