En el corazón de cada amanecer, florecen las semillas del amor y la resiliencia, recordándonos que incluso en la oscuridad más profunda, siempre hay luz y esperanza. Que la memoria de Juan Pablo Abalos Labbe sea un faro de coraje, inspirándonos a abrazar la vida con gratitud y valentía, a pesar de las tormentas que puedan cruzar nuestro camino. Que en cada suspiro encontremos paz y fortaleza, recordando que en cada desafío hay una oportunidad para crecer y encontrar la belleza en lo simple. Que el amor sea siempre nuestro guía, y la esperanza nuestra fuerza.
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17 de septiembre de 2019