En el jardín de la vida, las semillas que sembró Juan Hernán Álvarez Alcaya continúan floreciendo en forma de amor, humildad y serenidad. Que su legado inspire nuestros corazones a seguir adelante con valentía, confianza y gratitud, sabiendo que cada paso que damos, cada palabra que pronunciamos y cada gesto de bondad que ofrecemos, son como pétalos que embellecen el camino de aquellos que nos rodean. Que su luz siga brillando en cada amanecer, recordándonos que el amor y la esperanza son las raíces que sostienen nuestra existencia.
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16 de mayo de 2019