En el corazón de cada amanecer, florece la semilla del amor y la gratitud que sembraste con tu presencia. Que el coraje y la paz guíen tus pasos en la senda de la resiliencia, recordándote que la luz de la esperanza brilla en cada rincón del alma. Que los recuerdos compartidos sean el faro que ilumine los días sombríos, recordándote que tu vida fue un legado de bondad y generosidad. En la melodía del viento, en la calidez del sol, encontraremos tu espíritu eternamente presente, inspirándonos a abrazar la vida con renovada fuerza y serenidad.
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26 de abril de 2020