En el jardín de la memoria florecen las semillas de amor sembradas por Juan Augusto, recordándonos que en cada partida hay un nuevo comienzo lleno de luz y esperanza. Que su serenidad y humildad perduren en nuestros corazones, inspirándonos a abrazar la vida con gratitud y valentía. Cada paso que damos es un tributo a su legado, un recordatorio de que en la profundidad de la tristeza también hay espacio para la belleza y la sanación. Sigamos adelante con amor en nuestros corazones, sabiendo que su luz guía nuestro camino hacia un mañana lleno de esperanza.
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15 de mayo de 2019