En honor a José Miguel Barros Franco, recordemos que en la sinfonía de la vida, cada nota de amor y gratitud que sembramos en los corazones perdura eternamente. Con coraje y resiliencia, abracemos cada amanecer con la certeza de que la esperanza es la luz que guía nuestro camino, y la paz interior el refugio de nuestra alma. Que su legado nos inspire a vivir con autenticidad y generosidad, celebrando la vida con cada latido del corazón. En cada sonrisa compartida, en cada gesto de bondad, su espíritu perdura, recordándonos que el amor es eterno.
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4 de febrero de 2020