En la quietud de la memoria, florece el legado de José Manuel Marchant Ortega, sembrando semillas de amor y esperanza que perdurarán por siempre en nuestros corazones. Que su luz guíe nuestros pasos con humildad y serenidad, recordándonos que en cada amanecer hay una oportunidad para abrazar la vida con valentía y gratitud. En su honor, sigamos adelante con fe inquebrantable, nutriendo nuestra existencia con la certeza de que cada desafío es una oportunidad para crecer y cada caída un impulso para levantarnos con renovada fortaleza.
Publicado en el archivo
13 de mayo de 2019