En la senda de la vida, recordemos a José Ignacio Monge Espiñeira con amor y gratitud, honrando su coraje y resiliencia. Que su legado nos inspire a abrazar cada día con esperanza y paz en nuestros corazones. En la oscuridad, seamos luz; en la adversidad, seamos fortaleza. Cultivemos la gratitud por la vida, encontrando belleza en cada pequeño instante. Sigamos adelante con valentía, recordando que el amor perdura más allá de la despedida. Que la memoria de José Ignacio nos recuerde la belleza de vivir con humildad y corazón.
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28 de diciembre de 2019