Que la luz del amor eterno de José Anastacio Bravo Zamorano ilumine nuestros corazones con coraje y resiliencia, recordándonos la gratitud por cada precioso momento compartido juntos. Que en medio de la pérdida encontremos paz en los recuerdos y fortaleza en el legado de amor que nos dejó. Sigamos adelante con esperanza, sabiendo que su espíritu vive en cada acto de bondad y cada sonrisa compartida. Que su memoria sea un faro de esperanza que nos guíe en los momentos más oscuros, recordándonos que el amor perdura más allá de la vida terrenal.
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2 de diciembre de 2019