En el jardín de la vida, las semillas del amor y la gratitud que sembró John Neely Ivanovic florecerán eternamente, recordándonos el coraje y la resiliencia que brillaban en su ser. Que su luz guíe nuestros pasos, infundiendo paz en nuestros corazones y esperanza en nuestros días. Que en cada amanecer encontremos fuerza para abrazar el presente con gratitud y mirar hacia el futuro con valentía. Que el legado de su amor perdure en nuestro ser, recordándonos que incluso en la oscuridad más profunda, siempre habrá una chispa de luz y esperanza.
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25 de febrero de 2020