Que la luz del amor que John Mc Vey Orellana compartió con el mundo siga brillando en cada corazón, recordándonos que el coraje es la llama que nunca se apaga. Con resiliencia y gratitud en nuestros pensamientos, abracemos la vida con valentía y esperanza, sabiendo que cada desafío fortalece nuestra determinación. Que la paz interior nos acompañe en cada paso, recordándonos que somos capaces de superar cualquier adversidad con la fuerza del amor en nuestro ser. Sigamos adelante con fe, recordando siempre que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con pasión y compasión.
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6 de septiembre de 2019