En memoria de Joachim Seefeldt Ribbeck, recordemos que cada amanecer nos regala la oportunidad de llenar nuestro corazón de amor y gratitud. Que el coraje sea nuestro escudo y la resiliencia nuestra fuerza para enfrentar los desafíos. En los momentos de oscuridad, busquemos la luz de la esperanza y permitamos que la paz interior guíe nuestro camino. Que cada sonrisa sea un tributo a la vida, y cada lágrima un recordatorio de nuestra humanidad compartida. Sigamos adelante con fe en nuestro corazón, sabiendo que el amor nunca se pierde, solo se transforma.
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27 de febrero de 2024