Que la luz del amor que Jimena irradiaba guíe nuestros corazones hacia la paz interior, fortaleciendo nuestra resiliencia y coraje para enfrentar los desafíos con gratitud. Recordemos su legado como un faro de esperanza, recordando que en cada amanecer hay una oportunidad para renovar nuestra fe en un futuro lleno de posibilidades. Que su espíritu nos inspire a abrazar la vida con pasión y compasión, honrando su memoria con acciones que promuevan la bondad y la armonía en este mundo. ¡Sigamos adelante con amor y fuerza, sabiendo que la esencia de Jimena vive en cada acto de bondad que compartimos!
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25 de septiembre de 2019