En el jardín de la vida, el recuerdo de Isabel Ortiz Hevia florece con amor y gratitud en cada pétalo de esperanza. Su coraje y resiliencia son semillas que nos enseñan a abrazar la luz en medio de la oscuridad, a valorar cada instante con dulzura y paz en el corazón. Que su legado de bondad y fortaleza nos inspire a seguir adelante con la certeza de que, aunque el camino sea difícil, nunca estamos solos. Que su memoria sea el faro que nos guíe en la tormenta, recordándonos siempre que el amor es eterno y la esperanza, inquebrantable.
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13 de enero de 2020