En la sutileza de un susurro, se halla la fuerza del amor eterno que INGELORE BERNHARDT TIMMERMANN sembró en cada corazón. Su legado de coraje y gratitud resplandece en la resiliencia de quienes le recuerdan con cariño, inspirándolos a abrazar la vida con renovada esperanza. En los recuerdos que abrazan la nostalgia y la sonrisa, florece la paz que nos invita a seguir adelante con valentía y fe. Que su luz continúe guiándonos en el camino, recordándonos que el amor perdura más allá de las despedidas, y que la esperanza es un puente hacia nuevos horizontes.
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11 de febrero de 2024