En el jardín de la memoria de Ignacio Bravo Valenzuela florecen la gratitud por su legado, el coraje de seguir adelante y la resiliencia ante la adversidad. Que cada pétalo sea un recordatorio del amor inquebrantable que perdura en el tiempo, guiándonos hacia la paz interior y la esperanza renovada. Que su luz siga brillando en nuestros corazones, recordándonos que en cada desafío hay una oportunidad para crecer y en cada despedida, un nuevo comienzo lleno de posibilidades. Que su memoria sea un faro de amor y guía en nuestro camino.
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15 de noviembre de 2019