En la luz de cada amanecer, recordemos el legado de Hugo Galdames Avendaño, que nos inspira a abrazar con gratitud la vida, a navegar con coraje los mares más turbulentos y a cultivar la resiliencia en nuestros corazones. Que su memoria sea un faro de esperanza, recordándonos que la adversidad puede ser transformada en fuerza, que el amor puede sanar las heridas más profundas y que la paz interior es un regalo precioso que merece ser cultivado con ternura. Sigamos adelante con humildad y determinación, sabiendo que cada paso nos acerca a la plenitud de nuestro ser.
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14 de enero de 2020