Que la memoria de H. Domingo Lezama Arriola nos inspire a cultivar el amor en nuestro ser, a abrazar el coraje en tiempos de adversidad, a ser resilientes frente a las pruebas, a practicar la gratitud por las pequeñas alegrías y a buscar la paz en nuestro interior. Sigamos su ejemplo de bondad y generosidad, recordando siempre que la luz de la esperanza nunca se apaga. En cada amanecer, en cada suspiro, en cada latido, existe la oportunidad de vivir con plenitud y propósito. Confía en el poder del amor y la esperanza para guiar tu camino.
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29 de febrero de 2020