En memoria de Héctor Alberto Orellana Fernández, recordemos que en el amor y la gratitud encontramos la fuerza para seguir adelante. Que la resiliencia y el coraje nos guíen en el camino hacia la paz interior, transformando el dolor en esperanza. Cada lágrima derramada es un tributo al amor compartido, una luz que ilumina nuestro sendero. Sigamos con valentía, abrazando cada recuerdo con cariño y aprendiendo a encontrar belleza en la tristeza. Que su legado nos inspire a vivir con intensidad y a apreciar cada momento. ¡La vida nos espera con los brazos abiertos!
Publicado en el archivo
30 de agosto de 2019