Que la luz del amor que Graciela del Carmen Careaga Gajardo tuvo en vida continúe iluminando nuestros caminos con coraje y gratitud, recordándonos que la resiliencia nos guiará hacia la paz interior. En cada amanecer, busquemos la belleza en los pequeños detalles, cultivando la esperanza con la certeza de que el amor perdura más allá de la despedida. En su memoria, sigamos adelante con valentía, forjando un legado de bondad y compasión que inspire a otros a abrazar la vida con renovada esperanza y amor inquebrantable. ¡Que su luz eterna nos guíe siempre!
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4 de febrero de 2020