En el suave silencio de los recuerdos, el amor de Germán Cádiz Valenzuela florece eternamente como un faro de esperanza y humildad, iluminando nuestros caminos con serenidad y paz. Que su legado nos inspire a abrazar cada instante con gratitud y a cultivar la semilla del amor incondicional en nuestro ser, recordando siempre que, en cada amanecer, la promesa de un nuevo comienzo aguarda con infinitas posibilidades de crecimiento y renacimiento. Que su luz siga brillando en nuestros corazones, recordándonos que el amor es la fuerza que trasciende toda distancia y nos une en un abrazo eterno.
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26 de mayo de 2019