Que el amor que compartió Gerda ilumine nuestros caminos, el coraje que demostró inspire nuestras acciones, la resiliencia que mostró fortalezca nuestro espíritu, la gratitud que sentía llene nuestros corazones, y la paz que ahora la envuelve sea nuestro refugio en tiempos difíciles. Que recordar su legado nos llene de esperanza, recordándonos que la vida, aunque llena de altibajos, es un regalo precioso. Sigamos adelante con valentía, abrazando cada momento con gratitud y amor, sabiendo que la paz interior nos guiará por el camino de la felicidad y la plenitud.
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5 de enero de 2020