Que la luz del amor de Gerardo ilumine nuestros corazones, recordándonos la valentía de su espíritu y la resiliencia de su alma. En cada amanecer, encontremos la fuerza para seguir adelante con gratitud por los momentos compartidos. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con esperanza, buscando la paz en medio de la tormenta y la belleza en cada desafío. Recordemos que en cada lágrima hay un destello de amor, y en cada recuerdo una semilla de eternidad. Que su memoria nos guíe, recordándonos que el amor perdura más allá de las despedidas.
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30 de septiembre de 2019