En memoria de Gabriel Andrés Orellana Pérez, recordemos que el amor, la gratitud y la paz son semillas que plantamos en el corazón, floreciendo con coraje y resiliencia. Cada lágrima derramada se convierte en un rayo de luz que ilumina el camino, recordándonos que el amor perdura más allá de la despedida. Que su legado nos inspire a abrazar cada instante con gratitud, a enfrentar los desafíos con coraje y a encontrar la paz en la tormenta. Sigamos adelante con esperanza, sabiendo que su luz brilla eternamente en nuestros corazones.
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10 de marzo de 2020