En honor a la memoria de Francisco Uranga Ledo, recordemos que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para abrazar con amor, abrazar con gratitud y abrazar con coraje la vida que sigue su curso. Que la resiliencia nos guíe en los momentos difíciles, y que la paz interior nos acompañe en todo momento. Recordemos que cada lágrima derramada es también una semilla de fortaleza, y que cada suspiro es un recordatorio de nuestra capacidad de seguir adelante. Sigamos con valentía y con fe en el camino de la esperanza. Que su legado inspire nuestra propia luz.
Publicado en el archivo
3 de mayo de 2020