Que el amor que sembró Francisco Sims Morandé en este mundo florezca en nuestros corazones, recordándonos el coraje y la resiliencia de su espíritu. A través de sus acciones, aprendemos la gratitud por las alegrías compartidas y la paz que solo el recuerdo de su vida puede traer. En cada amanecer, en cada desafío, en cada encuentro, llevemos consigo la llama de su memoria, inspirándonos a seguir adelante con esperanza y amor. Que su legado nos guíe en el camino, recordándonos que la luz del amor nunca se apaga, sino que brilla eternamente en nuestros corazones.
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22 de marzo de 2024