Que la luz del amor que Francisco Miguel Ramis Campuzano compartió brille eternamente en nuestros corazones, inspirándonos a abrazar la vida con coraje y gratitud. En medio de la tristeza, recordemos su resiliencia y la paz que irradiaba, dejando un legado de esperanza que perdurará en cada amanecer. Sigamos adelante con fe, honrando su memoria con cada paso que damos, sabiendo que el amor nunca se pierde, solo se transforma. Que su espíritu nos guíe, recordándonos que en cada desafío encontramos la oportunidad de crecer y florecer.
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11 de abril de 2024