En memoria de FRANCISCO EDUARDO MERINO FIGUEROA, recordemos que el amor y la gratitud son semillas que cultivamos en nuestros corazones, alimentando la esperanza y la paz que necesitamos para seguir adelante. Que la resiliencia y el coraje nos guíen en nuestro camino, recordando siempre la luz que brilló en su vida. Que cada amanecer sea un recordatorio de que el amor perdura más allá de la distancia, y que su legado nos inspire a abrazar la vida con valentía y bondad. Que en cada suspiro encontremos consuelo y fuerza para seguir adelante, sabiendo que el amor siempre prevalece.
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11 de marzo de 2024