En el jardín de la vida, el recuerdo de Flor María Alvarado Escobillana florece con amor eterno, recordándonos la importancia de abrazar la resiliencia y la gratitud en cada petalo. Con coraje y esperanza, permitamos que su luz guíe nuestros pasos, apaciguando nuestros corazones con la certeza de que la paz habita en la fuerza del amor inquebrantable. Que su legado nos inspire a cultivar la bondad en cada amanecer, recordándonos que en los momentos de oscuridad, la esperanza es la semilla que florece en bellos destellos de luz y serenidad.
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3 de marzo de 2024