Recordemos a Fernando Muñoz Monti con gratitud por su amor inquebrantable, su coraje infinito y su resiliencia inspiradora. Que su historia nos guíe hacia la paz interior y nos motive a abrazar con valentía cada momento, sabiendo que el amor perdura más allá de la distancia. En su memoria, sembremos semillas de esperanza y cultivemos la fortaleza necesaria para seguir adelante, con la certeza de que cada nuevo amanecer nos regala la oportunidad de ser mejores. En el legado de Fernando, encontremos el poder de transformar la pérdida en luz y la tristeza en fuerza.
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8 de abril de 2020