En la luz del amor eterno, encontramos coraje para abrazar la resiliencia y la gratitud por los momentos compartidos. Que la paz que Félix Ruiz García irradiaba guíe nuestros pasos, recordándonos que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para transformar el dolor en fortaleza. En su memoria, cultivemos esperanza, nutriendo nuestros corazones con el legado de bondad que nos dejó. Que su luz brille en nosotros, inspirándonos a vivir con autenticidad y amor, abrazando la vida con valentía y gratitud. ¡Sigamos adelante con fe en el mañana!
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9 de marzo de 2020