Que la luz del amor que Eugenio Guillermo Galán Díaz sembró en cada corazón continúe brillando con coraje y resiliencia. En cada amanecer, dejemos que la gratitud por su legado nos llene de esperanza y fortaleza. Sigamos adelante con valentía, recordando que en medio de la tormenta siempre habrá un rayo de paz que nos guiará. Que su memoria sea un faro de amor eterno, recordándonos que en cada desafío encontramos la fuerza para seguir adelante. En cada lágrima, en cada sonrisa, su espíritu vive, recordándonos la belleza de la vida.
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31 de enero de 2020