Que la memoria de Enrique Prado Calvo nos inspire a abrazar cada día con amor inquebrantable, afrontando desafíos con coraje y resiliencia. Que su legado sea un recordatorio de la importancia de vivir con gratitud, cultivando la fortaleza interior para superar obstáculos y encontrar la paz en medio de la adversidad. Sigamos adelante con esperanza en el corazón, honrando su espíritu con cada paso que damos. En cada amanecer, encontremos la fuerza para enfrentar el futuro con valentía y la certeza de que el amor perdura más allá de la vida terrenal.
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9 de abril de 2024