Que el amor que emanaba de Eliana Quintanilla Chanalet perdure en nuestros corazones, recordándonos el coraje de seguir adelante con gratitud por los momentos compartidos. Con resiliencia afrontemos la vida, transformando el dolor en fuerza, y abrazando la paz que nos brinda esperanza. En cada recuerdo, en cada sonrisa, encontremos el consuelo de su legado de bondad y generosidad. Que su luz siga iluminando nuestro camino, inspirándonos a vivir con pasión y compasión. En cada paso que damos, en cada suspiro, encontremos el significado de la vida: amar incondicionalmente.
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21 de febrero de 2020