Que la luz del amor que Eliana Cueto de Bagnara compartió brille eternamente en nuestros corazones, recordándonos la importancia de vivir con coraje y gratitud. Que su legado de resiliencia nos inspire a enfrentar los desafíos con valentía y esperanza, sabiendo que la paz interior es un regalo que merecemos cultivar. En medio de la tristeza, busquemos la belleza en los recuerdos compartidos y encontremos consuelo en la certeza de que el amor perdura más allá de la vida terrenal. Sigamos adelante con la certeza de que el amor siempre encuentra su camino.
Publicado en el archivo
9 de octubre de 2019