Que la memoria de Elena Pi Errázuriz sea un faro de amor y gratitud, iluminando los corazones con su coraje y resiliencia. En su legado encontramos la fuerza para abrazar la vida con esperanza y paz, recordando que cada día es una oportunidad para amar y crecer. Sigamos adelante con valentía y compasión, honrando su espíritu con acciones que nutran el alma y fortalezcan la fe en un mañana mejor. En cada latido de nuestro corazón, encontremos el eco de su eterna luz, guiándonos con ternura hacia un horizonte de serenidad y armonía.
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28 de febrero de 2024