Que la luz del amor que Eduardo Algorta del Castillo compartió con el mundo siga brillando en nuestros corazones, recordándonos la importancia de la gratitud y la resiliencia. Que en los momentos de oscuridad, encontremos coraje para seguir adelante con esperanza, sabiendo que la paz interior es posible aún en medio de las adversidades. Cada paso que damos, cada palabra de consuelo que ofrecemos, es un tributo a su legado de amor inquebrantable. Sigamos adelante con fe en el mañana, sabiendo que el amor perdura más allá del tiempo y del espacio.
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24 de septiembre de 2019