Que la luz del amor que Cristián Boza Díaz compartió con el mundo continúe iluminando nuestros corazones, inspirándonos a abrazar la vida con coraje y gratitud. En la senda de la resiliencia, recordemos su legado, sembrando semillas de paz en cada momento. Unidos en la esperanza, dejemos que sus recuerdos nos guíen hacia un mañana lleno de amor y bondad. Que su espíritu nos recuerde la belleza efímera de la existencia, y nos impulse a vivir con pasión y compasión. En su memoria, encontremos fuerza para seguir adelante, construyendo un futuro lleno de luz y esperanza.
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23 de enero de 2020