Que la luz del amor eterno que Claudia del Carmen Nicoletti Margozzini sembró en el mundo siga brillando en cada corazón que tocó. Su coraje nos inspira a ser valientes en medio de la adversidad, su resiliencia nos enseña a levantarnos una y otra vez, su gratitud nos invita a apreciar cada momento y su paz interior nos guía hacia la serenidad en tiempos turbulentos. Que su legado sea recordado como un faro de esperanza que nos impulsa a seguir adelante con fe y amor inquebrantable. Que su memoria sea bendecida con luz y paz perpetua.
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8 de mayo de 2020